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Aventuras irresponsables que se reiteran

Tras la asesina Ley de Ajuste Cubano

Aventuras irresponsables
que se reiteran

Reynold Rassí

La vinculación y ayuda del grupo contrarrevolucionario Hermanos al Rescate, radicado en Miami, con los que organizan salidas ilegales de nuestro país, se ha puesto de nuevo de manifiesto en el grupo de 38 inmigrantes cubanos devueltos el 5 de septiembre por el Servicio de Guardacostas de Estados Unidos.

En esta ocasión se devolvieron 8 menores entre 4 y 12 años de edad. Del total, 22 personas son de Camagüey, 11 de Pinar del Río, cuatro de Ciudad de La Habana y uno de La Habana.

Dos salidas se hicieron en balsas con medios rústicos, ambas el 30 de agosto pasado e interceptados por los Guardacostas el primero de septiembre, una por río Manimar, en Bahía Honda, con 5 hombres, y otra por Playa Pajarita, en La Palma, con 6 personas, una de ellas mujer.

ALDO MEDEROS

Una tercera salida, con 6 pasajeros, se efectuó en una embarcación deportiva por el río Almendares, en la capital, el primero de septiembre, y la cuarta por Cañón Guajaba, en Sierra de Cubitas, al norte de Camagüey, el 26 de agosto, con 22 personas: cuatro hombres, 10 mujeres y 8 menores de edad, quienes fueron recogidos en esa región por una lancha proveniente de los Estados Unidos.

La vinculación de los Hermanos al Rescate, organización de la mafia miamense, con grupos que planean salidas ilegales, queda claro en la explicación dada por Osmany Abella Fleites, de 40 años, chofer del MINAZ y residente en Bahía Honda, quien había sido devuelto ya por los Guardacostas en mayo de 1999.

"Organizamos la salida para hacerla en balsa con medios propios. Salimos cinco personas por la costa norte pinareña. Uno de mis hermanos trabaja en el aeropuerto de Miami y su rastra abastece de combustible, entre otras naves, a avionetas de Hermanos al Rescate. Cuando saliéramos de Cuba un hermano mío aquí le avisaría al que está en EE.UU. El me había dicho que si demorábamos varios días en el mar, trataría de hacer contacto para que nos buscaran en una avioneta y evitar una desgracia.

Luis C. Castillo Domínguez, de Bauta, provincia de La Habana, es trabajador de la base de pesca deportiva Juan Manuel Márquez, ubicada en el río Almendares, en nuestra capital. Con él marcharon del país seis personas el primero de septiembre, en un pequeño yate vendido por su dueño de forma ilegal.

"Dos meses antes de la salida, el dueño del yate deportivo Santa Ana, tipo Lista 5ta, estaba vendiendo esa nave. Julito, el propietario, me pidió 5 000 dólares por ella y lo compré sin papeles legales. Nos pusimos de acuerdo en que después de irnos, Julito denunciaría que le sustrajeron el yate, para encubrir la venta, pero dejé claro que si era interceptado y devuelto a Cuba, yo diría la verdad, porque en realidad no me robé esa embarcación, sino que la compré ilegalmente, dijo Castillo.

Yamilé Guerrero García, de 21 años, es una de las 10 mujeres que se iban por el norte de Camagüey en una lancha procedente de Miami, tripulada por su esposo y otros dos cubanos que también venían a recoger a sus familiares.

"Yo tengo un niño de cuatro años, y no me lo llevé por el peligro que pudiera correr en caso de zozobrar la embarcación. En el viaje iban varias mujeres con un total de 8 menores. Entre ellas estaba una prima, con sus hijos, a la que alerté de que no los llevara, que era una irresponsabilidad, pero no me escuchó. Luego de una rotura, estuvimos en el mar desde el 26 hasta el día 29 en que fuimos recogidos por los Guardacostas de Estados Unidos".

Con este grupo traído el 5 de septiembre, en lo que va de año suman 548 los inmigrantes ilegales cubanos devueltos por el Servicio de Guardacostas norteamericano, a lo cual se suman otros 19 desde la base naval de Guantánamo.

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